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Mi colmada alacena de libros


 

"Un homenaje a las bibliotecas, las librerías... y a lo bien que nos hace sentir un buen libro haciéndote olvidar todo tu alrededor". 

"Una declaración de amor a los libros, a las bibliotecas y a las historias que sostienen la esperanza en los momentos más oscuros del East End, Londres, 1944". Después de leer La biblioteca de las lectoras valientes.

El libro que describe cómo alrededor de una biblioteca se aglutina una sociedad enfrentada a una guerra que cambia de manera drástica la vida cotidiana me hizo añorar las bibliotecas, o en mi caso librerías, donde iba a descubrir mi próxima lectura. 

Hoy mi colmada alacena de libros está compuesta por todas las recomendaciones que voy pescando en las redes sociales: bookstagrammers, grupos de Facebook, webs como Literary Hub, cuentas de editoriales y premios (The Booker Prizeclubs de lectura de artistas famososincluso hay clubs secretos de préstamo... En fin hoy es increíble lo que tenemos a nuestro alcance en términos de libros y conocimiento. La cantidad de material disponible es abrumadora, una vida no es suficiente para leer todo lo que quisiéramos.... podemos explorar una diversidad infinita de géneros, autores y estilos.

"Los comentarios en redes se parecen más a las conversaciones que se tienen entre amigos. Pero esas conversaciones no excluyen que luego leas la crítica del periódico, o escuches la de la radio, por parte de un especialista", explica Pato Xacobe Pato, escritor, autor del libro Seré feliz mañana

Como no podemos leer todo lo que existe, el tiempo se convierte en un recurso invaluable. La curaduría de contenido y las recomendaciones personalizadas son esenciales, los algoritmos de plataformas como Goodreads y Amazon, junto con las recomendaciones de amigos y críticos literarios, nos ayudan a encontrar libros que valen la pena leer. He encontrado textos diría yo sabrosísimos que nunca hubiera descubierto de otra forma. De esta forma se ha colmado mi alacena de libros. 

La colmada alacena de libros ¿Cómo era antes?

Para conseguir un libro en el siglo xvi había que hacer una travesía trasatlántica o ver qué traía algún mercader recién llegado de Europa. No había en México (la CDMX) un establecimiento fijo donde buscarlos. Después se tenían que ocultar entre cacerolas, tocinerías, tiendas de ropa para poder salvarse de sanciones del Santo Oficio. 


La historia de las librerías en México es una narrativa de adaptación y resistencia. Queda memoria de algunas; "Así como entre los aztecas solía haber un lugar a propósito para charla, que se llamaba Mentidero, así en aquel tiempo el mentidero era la alacena de don Antonio, que veía agrupados a un lado del mostradorcillo, sombreros acanalados y charreteras, sorbetes y birretes". La famosísima alacena de libros de Antonio Torres, que Valle Arizpe llama "la colmada alacena de libros" y que la gente elegante llamaba la Puerta del Sol "en calculado desorden había catecismos y pizarrines, gramáticas de Herranz y Quirós, Tablas de multiplicar, estampas de santos, cuentos y romances, Lavalles y ordinarios de la misa, en la mejor compañía de periódicos acabados de imprimir y folletos de ruidosa actualidad." Guillermo Prieto en su libro Memorias de mis tiempos.

El siglo XX marcó un auge en la apertura de librerías y el desarrollo de grandes editoriales mexicanas. Librerías como la Gandhi, El Sótano, el FCE, Porrúa; librerías de viejo en Coyoacán y La Roma en la CDMX, son hoy las que aglutinan buscadores de historias.. A las bibliotecas no les ha ido tan bien. 

De libros, bibliotecas y librerías

Para esos buscadores de historias algunas recomendaciones:

HISTORIA DE LAS LIBRERIAS de la Ciudad una evocación

J U A N A Z A H A R V E R G A R A

La biblioteca de los libros rechazados,

David Foenkinos


The Writing Retreat

Julia Bartz


Relatos para amantes de los libros, Varios autores, Alma Editorial


Yellowface

R.F. Kuang


Libres y libreras

Yolanda Morató


The Lonely Hearts Book Club

Lucy Gilmore


La libreria,

Penelope Fitzgerald


The Secret Book of Flora Lea

Patti Callahan Henry


Hijas de la historia,

Isabel Revuelta


El país de las sombras largas,

Hans Ruesch


El librero de París y la princesa rusa

Mary Ann Clark Bremer


Our Missing Hearts

Celeste Ng


Buenos días tristeza,

Francoise Sagan


Cosas raras que se oyen en las librerías,

Jen Campbell




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