Estuve en el infierno y regresé y déjenme decirles fue maravilloso; Louise Bourgeois sabía de lo que hablaba. Tras un intento de suicidio, varias depresiones, agorafobia diagnosticada junto con otros trastornos, la artista encuentra el retorno del infierno a través del arte. Cortando, perforando, vertiendo, esculpiendo, es mediante sus manos que traduce toda la angustia y la ira que trae desde su niñez en emblemáticas obras de arte. La mayor parte de su obra está inspirada en su niñez, en la magia y el drama que se conjugan en sus memorias de niña. En la traición del padre y la extraña y lejana relación con su madre. Era mucho más cercana a su tutora, Sadie, inglesa como todo lo que le gustaba a Louis Isadore Bourgeois, su padre. Es esa traición, la relación que Sadie mantiene con su padre por más de diez años, la que marca a Louise para siempre. Bourgeois mantiene una relación de creación y destrucción con el arte. Por eso prefiere los materiales perennes, aquellos que c...