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El Florero




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El jarrón azul | Paul cezanne,


Desde que tengo uso de razón había visto ese florero azul en la cornisa de la chimenea. Vi a mi abuela dedicarle un sin fin de miradas melancólicas y suspiros cada que pasaba por ahí.
— Abuel, ¿por qué te gusta tanto ese florero?- le preguntaba,
— Porque me lo regaló alguien a quién yo quería mucho, que Dios guarde en su gloria- me respondió.

El abuelo siempre lo veía de reojo y refunfuñaba con cara adusta. Yo sabía que ocupaba un lugar especial en el corazón de mi abuela, esa vieja grande que con una mirada hacía que todos sus nietos adoptáramos posición de firmes. Que cuando usaba el diminutivo de nuestros nombres era mejor correr porque así nos iba a ir. — Cuqita, mi vida, ven para acá chulita — a correr.

Mi abuelo era un pan, solo una vez en su vida lo vi enojado; fue el día que el florero de la chimenea se rompió y la abuela fuera de sí salió a la calle hecha un mar de lágrimas, sollozando y repitiendo un nombre que no era el de mi abuelo. Ese día vi a mi abuelo tomar los pedazos del florero y lo vi enterrarlos a la orilla del framboyán. Yo era pequeña y no entendía que había pasado, porque ese objeto resultaba tan importante para todos.
Mucho tiempo después un día que la abuela y yo paseábamos por el framboyán la vi hacer la señal de la cruz,
— ¿Por qué te gusta tanto este framboyán abuela? ¿Por qué haces siempre la señal de la cruz?
— Porque aquí descansa mi primer amor.
—¿Cómo?
—Sí Nena, ¿te acuerdas de aquel florero azul que tu abuelo enterró aquí debajo?
—Creí que no sabias eso abuela
—Sí lo sé, tu abuelo me quiso hasta el último día y se que a pesar de todo le dio santa sepultura al florero aquí. Pues ese florero estaba esmaltado con las cenizas del que fue mi primer amor. Mi maestro de alfarería en la facultad, se llamaba Pedro y su último deseo fue que se esmaltara con azul cobalto y sus cenizas la primera pieza que yo lograra hacer.
—¡Quién lo hubiera dicho abuel!, con razón a mi pobre viejito no le gustaba el florero.
— Mi amor, nunca supe hasta el día que lo vi enterrándolo aquí que tu abuelo sabía la historia de ese florero.

Anitzel Díaz



Pintura de Vincent van Gogh


cuadro de Édouard Manet 

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